27 de abril de 2012

Quiche de brócoli y calabacín

Voy a escribir esta receta mientras se me cuece la quiche en el horno, que por cierto, espero que no se me queme. No tengo ni idea de cómo me quedará porque la receta me la he inventado enterita. La cuestión es que esta noche tengo una cena y se me ha ocurrido preparar algo. Y la otra cuestión es que he llegado a casa a las 5h30 y he quedado a las 8h00 así que si quería hacer algo, tenía que ser en tiempo récord. He mirado la nevera a ver qué había: doce huevos, un calabacín, un pote de leche evaporada y medio brócoli. Perfecto, sólo me faltaban algunos ingredientes. He bajado corriendo al súper y he comprado queso rallado, bacon y la pasta brisa y he vuelto a casa a ponerme manos a la obra. Lo primero que he visto es que se me ha olvidado comprar cebollas, que es algo que me pasa muy a menudo, no sé porqué. Mala suerte.
He puesto una sartén grande con aceite y mantequilla al fuego, y cuando se ha fundido la mantequilla, he añadido el brócoli ya limpio y troceado y lo he dejado que se fuera haciendo.
 En paralelo, he puesto en otra sartén el bacon. 
A los diez minutos he retirado ambas sartenes del fuego, y he puesto el brócoli en un recipiente para cocer al vapor en el microondas y lo he puesto dos minutos a la máxima potencia.
Luego he repetido la misma operación con los calabacines: los he cortado en láminas finitas y luego en cuartos, y luego los he salteado en la sartén y finalmente dos minutos al micro.
He batido dos huevos y he añadido el pote de leche evaporada y el bacon. He añadido sal y pimienta, bastante, ya que me ha parecido que tenía que compensar la sosez de la falta de cebolla, y he añadido la verdura cocida que he vuelto a cortar en cachitos más pequeños para que los comensales de esta noche no vayan a pensar que ha cocinado un ogro.
Por precaución he probado el mejunje y sorpresa, no estaba mal, me lo podría haber comido crudo, tipo ogro. Así que he decidido que ya estaba listo. Lo he vertido sobre la masa que ya había colocado previamente en la tartera, y ha sido entonces cuando me he dado cuenta de que a) me había olvidado el queso rallado y b) me faltaba un huevo. Es que no se puede estar en todo, inventando recetas, improvisando medios de cocción, recortando verduritas y haciendo fotos. Rápidamente, he subsanado lo dos errores añadiéndo el huevo batido y el queso por encima y removiendo con el tenedor,  siguiendo el magnífico precepto de la señora mumú, no fijation no notation.
Y entonces lo he metido en el horno que ya tenía precalentándose desde hacía un rato, que no todo se me olvida. Y he tomado la foto final antes de la cocción.
Y ahora han pasado cuarenta y cinco minutos y creo que es hora de ir a ver qué pinta tiene.
Bueno, pues sí, lo malo de inventarse las recetas, es que no tengo ni idea de cuánto tiempo tiene que estar en el horno. Las instrucciones de la pasta dicen entre 10 minutos y 40.... Por si acaso he apagado el fuego.

¡¡¡Mala pinta no tiene, desde luego!!!

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